La Virtud Esencial del Médium: El Sincero Deseo de Servir
La virtud esencial del médium que sostiene su misión espiritual
Cuando se habla de mediumnidad, es común pensar en dones espirituales extraordinarios, visiones impresionantes o comunicaciones elevadas. Pero, ¿qué es lo que realmente importa para los Espíritus Superiores al elegir a un médium? La respuesta puede sorprenderte: la virtud esencial del médium no es la perfección moral — es el sincero deseo de servir al bien.
Esta verdad, presente en las enseñanzas de la Doctrina Espírita, nos muestra cuán misericordioso es Dios y cómo comprende la fragilidad humana. Los Espíritus Amigos, conocedores profundos del alma, saben que el médium es, ante todo, un ser humano en proceso de aprendizaje, lleno de imperfecciones, conflictos y limitaciones.
La virtud esencial del médium no es la perfección, sino la disposición
No existe médium perfecto, ni se exige tal cosa. Si los Espíritus Benefactores exigieran una moral intachable para conceder su presencia y asistencia, difícilmente encontrarían a alguien que los sirviera en la Tierra. El planeta, siendo un mundo de pruebas y expiaciones, está habitado por almas en constante reconstrucción.
Así, los Espíritus Superiores, en su sabiduría y compasión, separan el trigo de la cizaña, es decir, se enfocan en lo mejor de cada médium. Sus imperfecciones no se ignoran, sino que se comprenden como parte natural del proceso evolutivo. Lo que realmente pesa en la balanza espiritual es el compromiso con el bien, la sincera voluntad de colaborar con Jesucristo en la construcción de un mundo mejor.
Esta virtud es como un faro interior que los Espíritus Amigos perciben a la distancia. Cuando ven un corazón humilde que verdaderamente desea ser útil, se acercan y ofrecen apoyo, orientación y compañía en el trabajo mediúmnico. Aunque el médium tropiece o se equivoque, si hay un esfuerzo constante por mejorar y servir, los buenos Espíritus lo sostienen y fortalecen.
Todos estamos en camino
Allan Kardec, en “El Libro de los Médiums”, deja claro que la mediumnidad es una facultad natural que puede usarse para el bien o para el mal, según el uso que se le dé. Por eso, más que dones extraordinarios, lo que realmente importa es la dirección moral y la intención con que se ejerce esa mediumnidad.
No se trata de cerrar los ojos a las fallas, sino de comprender que no son impedimentos absolutos cuando el deseo de servir habla más fuerte. La espiritualidad superior siempre busca trabajadores dispuestos, aunque imperfectos, porque saben que el servicio en el bien es también un remedio que cura, un camino que ilumina y una escuela que transforma.
Conclusión: Lo esencial es invisible a los ojos, pero visible al corazón espiritual
La virtud esencial del médium, por lo tanto, no es la ausencia de errores, sino la presencia del amor al prójimo, la humildad, la caridad y la sincera voluntad de ser útil. Esta vibración, cuando es genuina, supera cualquier limitación momentánea y transforma a médiums simples en puentes de luz entre el Cielo y la Tierra.
Si eres médium o sientes sensibilidad espiritual, no te paralices por tus fallas. Trabaja con sinceridad, ora con confianza, estudia con empeño y entrega tu corazón al servicio de Jesús. Los Espíritus Amigos sabrán encontrar en ti lo mejor, y eso será suficiente para grandes logros.
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